Los Poetas malditos
Las Flores del Mal.
Charles Baudelaire.
I
El demonio se agita a mi lado sin cesar;
flota a mi alrededor cual aire impalpable;lo respiro, siento como quema mi pulmóny lo llena de un deseo eterno y culpable.
A veces toma, conocedor de mi amor al arte,
la forma de la más seductora mujer,
y bajo especiales pretextos hipócritasacostumbra mi gusto a nefandos placeres.
Así me conduce, lejos de la mirada de Dios,
jadeante y destrozado de fatiga, al centrode las llanuras del hastío, profundas y desiertas,
y lanza a mis ojos, llenos de confusión,sucias vestiduras, heridas abiertas,¡y el aderezo sangriento de la destrucción!
II
UNA MARTIR
Dibujo de un maestro desconocido
En medio de frascos, telas sedosas,
y muebles voluptuosos,
de mármoles, pinturas, ropas perfumadas,que arrastran los pliegues suntuosos,
en una alcoba tibia como en un invernadero,
donde el aire es peligroso y fatal,
dónde lánguidas flores en sus ataúdes de cristalexhalan su suspiro postrero,
un cadáver sin cabeza derrama, como un río,
en la almohada empapada,
una sangre roja y viva, que la tela bebecon la misma avidez que un prado.
Parecida a las tétricas visiones que engendra la oscuridad
y que nos encadenan los ojos,
la cabeza, con la masa de su crin sombreada,y de sus joyas preciosas,
en la mesilla de noche, como una planta acuática,
reposa, y, vacía de pensamientos,
una mirada vaga y blanca como el crepúsculoescapa de sus ojos extraviados.
En el lecho, el tronco desnudo, sin pudor,
en el más completo abandono, muestrael secreto esplendor y la belleza fatalque la naturaleza le donó.
Una media rosada, adornada con hilo de oro, en la pierna
ha quedado cual recuerdo.
La liga, al igual que un ojo secreto que llamea,lanza una mirada diamantina.
El singular aspecto de esta soledad y de un gran retrato voluptuoso,
de ojos provocativos como su actitudrevela un amor tenebroso,
una culpable alegría y fiestas extrañas,
llenas de besos infernales,que regocijarán a los ángeles malos
nadando entre cortinas y chales.
Sin embargo, al ver la esbeltez elegantedel hombro y su trazo quebrado,
la cadera levemente afilada, y la cintura ágil
lo mismo que un reptil irritado, se advierteque ella es joven aún. -Su alma exasperada
y sus sentidos mordidos por el tedio,¿se habían entregado a la jauría enfurecidade deseos errantes y perdidos?
El hombre vengativo al que no pudiste, viviendo,a pesar de tanto amor, aplacar,
¿sació en tu carne, inerte y complaciente,
toda la inmensidad de su deseo?
¡Responde, cádaver impuro! ¿Por tus rígidas trenzas
te levantó con brazo febril?
Dime, cabeza horrible, ¿en tus fríos dienteshay aún sus últimos adioses?
-Lejos del mundo burlón, lejos de la multitud impura,
lejos del magistrado curioso,duerme en paz, duerme en paz, extraña criatura,
en tu sepulcro misterioso;tu esposo corre el mundo, y tu forma inmortal
vela en junto a él cuando duerme;
lo mismo que tú sin duda te será fiely constante hasta la muerte.
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